January 16, 2021 –
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Fuente: contramadriz received by email:
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Recibido por correo electrĂłnico.
Estos Ășltimos dĂas no nos hemos quedado en casa. Al igual que muchos y muchas otras no nos resignamos a contemplar pasivos la gestiĂłn de la catĂĄstrofe por parte del Estado. No aceptamos complacientes como se refuerza una realidad plagada de militares, policĂas, cĂĄmaras de videovigilancia, drones, aplicaciones de rastreo⊠mientras la pobreza y la explotaciĂłn aumentan; mientra la represiĂłn golpea a las que luchan y a los entornos polĂticos que no aceptan la pacificaciĂłn democrĂĄtica y se siguen posicionando contra el Poder.
Estas noches salimos a hacer una pequeña visita a algunas oficinas de las principales empresas elĂ©ctricas, importantes representantes de este capitalismo patrio, vinculadas, cĂłmo no, a las altas esferas polĂticas del poder ejecutivo. Pintadas y cristaleras rotas como forma de ataque contra aquellos que obtienen beneficio en base al robo y explotaciĂłn de las necesidades bĂĄsicas. Fuego a sus vehĂculos como metĂĄfora antagĂłnica al frĂo que literalmente hacen pasar a muchas personas.
Que estas empresas, destructoras de la tierra, con sus fĂłrmulas extractivistas y perpetuadoras del colonialismo español, sientan la guerra. Especial menciĂłn para Naturgy e Iberdrola, corresponsables junto con el gobierno español (si, ese cogobierno progresista y de izquierdas) de cortar la luz a los y las habitantes de la Cañada Real, al igual que a otras miles de personas alrededor de la penĂnsula, a la vez que impulsan una subida en los precios muy poco asimilable para gran parte de la poblaciĂłn.
Hemos elegido un poco de vandalismo para demostrales que no nos resignamos. AĂșn sabiendo que dañar unas cristaleras no es nada comparado con los millonarios beneficios que estos vampiros obtienen a costa de la miseria de otros. Es solo una fĂłrmula, hay muchas otras. Huelga de pago, boicots, pinchar la luz⊠son otras iniciativas igualmente interesantes. Estas y otras formas, como la okupaciĂłn, por ejemplo, de poner en duda la propiedad privada son un impulso necesario para cuestionar la sociedad en la que vivimos. Se alzarĂĄn voces que proclamen la necesidad de controlar la energĂa por el monstruo estatal, como si este no sirviera a otros intereses que no sean mantener el orden establecido que nos somete, como si un cambio en la titularidad y en la administraciĂłn de esta industria supusiera algo mĂĄs que un intercambio entre âamigotesâ por el control de unas necesidades que corresponden a la realidad impuesta del trabajo-consumo. Todo lo que podamos arrancar al capital y sus estructuras serĂĄ a travĂ©s de la lucha y la acciĂłn directa. Toda ejercicio ofensivo contra los responsables de nuestra miseria y los pilares que la sustentan es legĂtimo.
Por mĂĄs pandemias y temporales que nos vengan encima no pasaremos por alto que el capitalismo, y su mayor valedor, el Estado, tienen responsabilidad directa de en la explotaciĂłn y la destrucciĂłn de la vida en muchas y variadas formas: en las muertes en los puestos de trabajo a cambio de la migaja del salario para enriquecer a los empresarios; las muertes de personas migrantes en el estrecho y en cualquier otro lugar como consecuencia directa de la maquinaria de expulsiĂłn de los estados, en flujos humanos directamente ocasionados por los intereses de la clase dirigente local e internacional; las muertes de la industria de la guerra; las muertes en comisarĂas, centros de menores, cĂĄrceles y CIES, esos malditos sitios que el Estado utiliza para gestionar la pobreza y golpear y amededrentar a quien no se arrodilla; la destrucciĂłn de la tierra, la artificializaciĂłn de la existencia, la tiranĂa de las pantallasâŠ
Puede, por ejemplo, que las cosas se vuelvan a poner jodidas y falten respiradores. La Ă©lite gobernante y econĂłmica recibirĂĄ atenciĂłn. TĂș quizĂĄs no. El capitalismo, por mĂĄs que pretendan ponerle un rostro humano, digital, democrĂĄtico, liberal, moderno, cientĂfico, smart, inclusivo⊠es esto, y se construye sobre hambre, pobreza, represiĂłn, dogmatismo y pilas de cadĂĄveres a lo largo y ancho del planeta y de la historia.
En cada revuelta, en cada lucha que albergue la posibilidad de desbordarlo buscaremos complicidad y solidaridad. Expresando esta Ășltima mediante el ataque. Nos vemos en las calles.
Algunas anarquistas
Source: Actforfree.nostate.net